martes, 5 de julio de 2011

Amanece


El Lunes se adormece con el estómago revuelto,
los ojos durmiendo abiertos entre la oscuridad repleta de imágentes.
Diálogos con Dios que se interrumpen entre el cansancio que vence las frases.

Y algo ocurre,
como un milagro.
Te despiertas con el sol tras la ventana,
el frío en el cristal,
el alma alentada por el fuego.

Te despierta una voz susurrándote al oído
y de repente entiendes todo.

No hay promesa sin cumplirse
y aún te restan las mejores por delante.

Afuera hay sol
adentro, calma.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Quien dijo que todo esta perdido?
YO vengo a ofrecer mi corazon