sábado, 26 de febrero de 2011

Puedes


ser aún más valiente...

...Y volver a confiar en tu Dios.
Enjugar tus lágrimas,
volver a empezar.

Puedes,
ver el horizonte a tus orillas,
y hundir los pies en la arena del futuro.

La calidez del sol,
regresará a broncear la palidez de tu tristeza.
Tus labios volverán a cantar otra vez.

Cerrarás los ojos y caerá una última lágrima,
que aclarará tu vista para mirar el dolor detrás.


Se condensa la nube en el viento,
se despeja tu rostro sobre el cielo.
Rezas una inédita oración y olvidas.
Miras de nuevo a Dios
y sigues adelante otra vez.


lunes, 21 de febrero de 2011

Daisy


Parecía un estuche para lápices, de lata.
Pero no era.
Era un estuche con acuarelas y una imagen en su tapa que no recuerdo.
No eran simples acuarelas,
habían sido las acuarelas de mi tía Daisy.
Daisy tenía la piel claramente nacarada.
Los ojos celestes como el cielo,
como una de las divisiones de las acuarelas,
justo el celeste más celeste pastel.
Tenía un carré con el cabello castaño oscuro,
perfectamente lacio.
Recuerdo sus manos,
eran delicadas y bonitas.
Sus dedos parecían pétalos levemente inclinados,
cuando los veía sujetar algo con ellos.
Tenía vestidos hermosos.
Carteras hermosas.
Sandalias hermosas.
Libros fabulosos que su padre traía de sus muchísimos viajes.
Estuches con acuarelas.
Su padre ya no vivía más, pero sí en su corazón.
Daisy un día dejó de hablar.
Se hizo silencio para siempre.
La última frase que recuerdo de ella fue:
*el papi está en Perú*
Su papi, el de los ojos hermosamente grises como no ví ni veré en ningún rostro ni acuarela nunca más en mi vida, estaba en *Perú misionando*.
Una misión de la que nunca volvía.
La mente de Daisy era distinta.
Era tan pura como su piel.
Su silencio, homenajeaba con dulzura lo que no podía comprender.
Silencio dulce,
como su sangre.
Sangre que no la dejó vivir mas allá de sus 27 años.
Un día, oscuro, muy oscuro...desperté viendo a mi padre llorar.
Sentado en el borde de la otra cama en mi habitación,
Mi mamá abrazándolo.
Mis padres también estaban muriendo, pero esa muerte los unió en ese instante.
Aunque el instante sólo durara un abrazo.
Yo entendí todo.
LLoré.Tuve mucha pena.
Mi papá había traído una caja para mí.
Tenía los libros de Daisy que tanto yo amaba leer.
(Hoy mi preciado tesoro de la infancia)
Tenía sus lapiceras,sus acuarelas, sus cositas femeninas y especiales...todo en ella lo era.
Su Papi siempre le regalaba cosas hermosas y distintas...recuerdos de sus viajes.
Llegó también una valijita, también de lata.
Estaba llena de sellos de países sobre el fondo de mapa mundial.
Las manijitas rojas.
Cada vez que la veo, recuerdo lo que sentía cuando la abría a escondidas para espiar su interior.
Esa caja era especial, pero sabía amargo el tenerla.
Yo la tenía porque Daisy ya no estaba.
Hubiera querido no heredarla jamás con mis 8 años.
Pinté muchas tardes con esas acuarelas.
Me encantaba pintar sirenas de colores, sentadas sobre rocas en donde explotaba el mar azul.
A veces pintaba tanto las hojas que se secaban y se doblaban de la cantidad de veces que había arrastrado el pincel sobre ellas.
Las hojas se doblaban entre sus colores,
mis ojos se extasiaban entre las historias de los libros.
Lo más hermoso fue su casita de muñecas.Era también de lata! perfectamente pintada, con dos pisos y del otro lado todos los detalles sobre sus paredes.
Tenía cada mueble y accesorio..hasta los del baño completos!
Era una casita norteamericana de las que nunca volví a ver.
Yo me sentía honrada de tener sus recuerdos mas preciados.
Cuando yo cumplí mis 27 años , recuerdo como una vez vino a mi mente la fuerte impresión de que ahora tenía su misma edad.
Y que estaba sana y que estaba con vida.
Otra vez volvió la sensación amarga de las cosas bonitas dentro de la caja, que ya no me daban el mismo placer usar.
Para esa época un día soñé con el cielo.Nunca soñé con el cielo de ese modo, de nuevo.
Yo estaba caminando descalza sobre un césped perfectamente suave y casi tibio.
Había una luz sin sol impresionante para donde mirara, pero veía perfectamente que era el cielo.
Una brisa llevaba mi pelo hacia atrás.Largo casi por mi cintura, castaño claro y con suaves ondas, como cuando era chica.
Me sentía plenamente felíz, en paz, gozosa...era hermosa esa sensación.
Me sentía hermosa yo también aunque no podía mirarme en ningún reflejo.
Recuerdo que alguien tocó mi hombro desde atrás-
Al darme vuelta, vi a la chica mas preciosa que haya visto jamás.
Tenía el pelo castaño oscuro cobrizo, cayendo sobre sus hombros en perfecto carré.
Su piel era de porcelana,
sus labios rosados como los míos.
La mirada mas dulce imaginada que prodigaban dos ojos perfectamente celestes.
Algo me hacía conocerla, pero nunca la había visto.
Me sonrió con amor y me tomó la mano.
Me llamó por mi nombre y me dijo: yo soy tu tía Daisy.
Recuerdo ese sueño y vuelvo a emocionarme...fue hermoso encontrarla allí.
Perfectamente sana y transformada.
Hermosa en la plenitud que una enfermedad injusta le restó.
Fue el cielo mas perfecto que podría haber imaginado.
Lo más hermoso es que será real.
Alguien lo pintó con acuarelas,
con los toques delicados de sus manos,
para Daisy y para mí.




jueves, 17 de febrero de 2011

Maricel



No presumas que no sabes,
porque sabes.
La bruma esconde el sol,
mas no puede ignorar su existencia.
No hay límite en el mundo,
que tu Dios no pueda cruzar para acercarse.
No hay mundo,
cuando te acercas a Dios.
No sos la infante que se asustaba de a ratos.
No sos la mujer que simula cuando teme.
Y si la mirada pura de un extraño,
te hace entender
que lo que hoy no creés posible, puede pasar;
Es porque no existe bruma,
no existe el límite,
no existe lo que no te permita volar.
Mucho mas que un puñado de juegos malaprendidos.
Mucho mas que un pasado tuerto y un futuro al que no ves.
Sos la juventud que madura entre su sangre,
el sueño desatándose los lazos,
el grito que derriba los miedos.
El miedo que se enfrenta con valor.
Estoy orgullosa de vos gorda hermosa.
Todo estará bien,
no apagues nunca mas tu voz.

lunes, 14 de febrero de 2011

La carta



El sonido de la caja que engorda al capitalismo.
Desgraciada sociedad de consumo.
Desgraciada ella, y desgraciada yo..
Es tan Lunes, pero tan tan!
No hay música,
la gente chorretea los dos corazones, desquiciadamente.
El amor en San Valentín por dos pesos con cincuenta.
Estamos en decadencia.
Un pibe compra el mismo, y le digo: no querés comprar un chocolate un poquitito mejor?
están todos los hombres con poca plata?
con poco amor?
con poco ingenio?
Y la desafortunada pregunta detrás de sus ojos azules brillando de latente infidelidad:
-qué quisieras que te regalaran a vos?
En un segundo se me cruzaron frases como: Ay, chiquito..a mis treinta y vos con tus pavaditas trilladas? llevate el chocolatito barato a la noviecita de turno...pensé que tendrías un remate mejor para mi ironía..
Pero dije: un ramo de rosas amarillas, ENORME!!!!!!! y unos bombones finos, de chocolate del bueno, no de este potingue de Fort con poesías de mesa de saldos..
Mas un libro de poesías de Storni, Pizarnik o Tagore, para leer poemas en serio.
Tapa dura y edición de la cara, nada de tapa blanda de liquidación.
Ja.
Le gatille al presupuesto,
y al cerebro.
Pobre.
Siguió mirando con sus ojitos azules que no me decían nada..
y le di su vuelto...con el que podría comprarle otro símil a la otra novia que seguro, tendrá.
Y pasaba la gente, derrochando amor...
San Valentín bizarro de chocolates baratos y palabras trilladas.
Lamento haber visto tanto en tan pocos años para ya sentirme la vieja mirando detrás de la escoba con semejantes frases, pero no puedo evitar reírme con cierta malicia.
Sigo apropiándome del dinero de los compulsivos de turno, aprovechando que en este día la gente compra hasta las ganas de estar enamorado.
La pregunta trillada (sí, señores, es el término del día..nunca tan necesariamente trillado): te mandaron mensajitos?
-NO...yo tampoco mandé, debería?
hace un par de meses que me apreto a un bombón rubio en el sillón, sin que se queje y es mi gato, digo detrás de mi ironía tan bien aprovechada en tan corta vida.
Se llena de multitud el recinto.
Me siento la que preside la cámara de senadores de las golosinas.
Me critican el peinado,
vos de envidia, chiruzo.
Típica de los que se quedan con ganas de que le respondas el sms que te mandaron manguéandole tu celular a otro.
Salames.
Hoy estoy mas antiromántica que nunca.
Estoy de mal humor.
Tengo un gran Lunes a punto de explotar detrás del dos corazones y de morir de un ataque al miocardio con la poesía barata pegada en el chocolate semiderretido.
Aparecen caras conocidas.
Nos tiroteamos a ironías.
Me encanta! al fin alguien con quien ejercitar algo la mente en mis 8 horas de esclavitud de *alienación marxista* (amo ese término, profe! es suyo.)
Pin, pum, pam!
Natalia: mirá que llegó!
Un sobre.
BELLO E INMACULADO COMO LA INVITACION A UNA BODA.
Se dirige a la señora que jamás olvidaré.
Remite: Correo Argentino.
Dentro: la carta de amor que más esperaba en mi San Valentín!

*Mi renuncia!!!!*
lluvia de corazones.
Chocolate barato para todos!
Y a festejar que semejante talento Argentino se va a reventar su potencial y su profesión.
Amo Valentine´s Day!


domingo, 6 de febrero de 2011

Reaparecidos


Se filtran.
Figuras fantasmáticas tejidas entre mis memorias.
Tejidos deshilachados,
levemente hilvanados,
sin textura mas que la espesura de su finitud incongruente.
Puedes acaso cubrir tu vida de semejante vestiduras, bella mujer?
Cubrirás la desnudez de tu silencio, en medio de aquellos hilos?
Vierte tu velo sobre la sombra de lo que ha sido,
echa sobre ellos las cenizas del olvido,
cubre tus pies con el polvo del camino y vuelve a empezar.
Reaparece el día, tras las sombras oscuras de los olvidados.
Murmuran callados, los que no han sido quizás.
Tu equipaje esconde las memorias de tu camino,
camino trazado por casi mil siglos de soledad.
Soledad certera que escribe tu nombre,
por sobre mil nombres que ya no oirás.

miércoles, 2 de febrero de 2011

Mudar


La piel como una serpiente en reciclaje,
Como una mariposa en su metamorfosis,
como un niño bronceándose bajo el sol.
Mudar de actitud,
dejar de ser la que se hiere en la paciencia eterna,
en la compasión absoluta
de todos,
menos de si.
Mudar el miedo por la abstinencia,
el hartazgo por la aceptación,
el amor, por la mano abierta.
Quizás descubras que nadie puede atrapar el vuelo de quien no quiera reposarlo,
quizás te entiendas y ames profundamente a ti,
quizás cierres el juego y aceptes perder la partida
quizás no patées el tablero.
Quizás mueras
o renazcas.
Y detrás de tus ojos profundos sobre los míos,
con ese par de oyuelos empatizando mi dolor oculto,
se encuentra el don que admira mi amistad eterna hacia tu alma.
Desde el otro lado del mar, te acercas a mi orilla,
tus palabras me revelan a lo que me rebelo,
eres esa amistad que ennoblece y gana suspiros,
el don humano, que me es necesario para no perderme de mi.
Y agradezco la noche limpia,
las frutillas,
la reflexión.
Desde este lado del mar y de lo mas profundo de mi corazón.