jueves, 30 de junio de 2011

El sueño


Te duermes con un libro abierto,
y con una puntada fuerte en el pecho
como un presagio...

Habías olvidado el color de su piel,
sus manos (eran tan lindas sus manos)
su sonrisa,
su voz (era tan linda su voz).

Eres,
un puñado acurrucado entre sus brazos.
Eran,
casi felices durante un buen tiempo.

El terror de verlo
pasados tantos años,
te acelera el corazón adolorido.

Te escabulles en su abrazo,
como si fueras ayer.
Tiemblas,
como si fueras hoy.

Te miente,
como sabes hoy que te ha mentido.
Y crees,
con la misma ingenuidad que habías tenido.

Tu mente racional que eclipsa el sueño
tu emotividad al borde del abismo;

Se angustia el alma,
te arrastra furiosa la pena,
te golpea con la fuerza de la realidad
hasta abrirte los ojos en medio de la oscuridad.

Alrededor la noche profunda,
tu corazón latiendo a gritos como una fiera acorralada.
El llanto irrumpe entre las sábanas,
como aquel presagio de aún despierta.

No puedes parar el llanto,
la crueldad de lo que has visto, desconcierta.

Derramada entre cuentas pendientes,
vulnerable como un pétalo entre el viento.

-Buscas a tientas un pañuelo,
mil carteras vacías en la oscuridad.
Tus pies helados,
tus ojos que ahora son mar;

y se abre otra vez la herida
que creías de otra vida.

Tu puño encierra un trozo de consuelo hecho papel,
mientras te entierras dentro de la cama.

Angustia profunda
duelo interminable.
Soledad que no cura
los estigmas del pasado.

Las lágrimas te sacuden en silencio
en medio de la noche el pecho estalla.
Empiezas a entender
el libreto del fracaso,
mientras tu regazo suplica fuerza.

La mente sangra
entre un puñado de tiempo sin olvido.

Tu mano tiembla buscando:
- 4.55 am.

Abres los ojos sin ver entre la noche.
y entre tus pesadillas
la pregunta de siempre a Dios:
¿cuándo amanece?

martes, 28 de junio de 2011

Martes



El cielo azul,
las ganas moradas,
las uñas rojas,
los ojos café.

La piel pálida,
las rosas, cerradas;
las nubes vacías.
el viento? tal vez.

Amargo el sabor,
opaco el sonido,
el pelo, sujeto
la ilusión dormida.

El reloj? vivo
las horas: cansadas
la taza vacía,
los pasos, detrás.

viernes, 24 de junio de 2011

Nunca


Escribí nunca
y vale para siempre.

Buenos Aires renuncia a tu hipocresía.
Vil,
ladino,
fantasioso.

Allá tú con tu bolsa de mentiras.

lunes, 20 de junio de 2011

Invierno


Miro tus pies.
Desde lejos los observo.
desnudos frente a mí,
aunque yo aquí y distante.

Miro tus manos,
desde aquí las veo pasar.
Impotentes,
ausentes,
sin poder aún amar.

Tus ojos:
pequeñas uvas.
Tus latidos:
muriendo al compás.

Tu boca fina,
Tu color rosado,
tu pelo entreabierto,
debajo de mí,tu diván.

Tus piernas crujen, debajo de las hojas.
Tus brazos sin culpa, me sujetan detrás.

Lo que eres lo amo
pero yo ya no lo hago,
aunque aún eres;

Y tus letras que me dicen
no dicen
o quizás.

Tu abres bien los ojos,
cuando decides amar.
Yo sin embargo los cierro,
como queriendo escapar.

jueves, 16 de junio de 2011

Film


Un sueño se asfixia debajo de tí,
arriba otros respiran la concresión hecha brisa.

La angustia late a golpes
debajo de tu abdomen,
tus dientes crujen
mientras ignoras la noche.

Respiras a gotas la lluvia,
bebes el aire que cae
como un puñado de sal sobre el viento.

Un film que suspira amor,
mientras tu Invierno juega al borde del abismo.

miércoles, 15 de junio de 2011

La otra vereda


Caminaba y la lluvia era el día.
Los ojos delineados profundamente,
el pelo impecable y prolijo,
una mujer recogida en un tapado.

Pasan las calles entre los meses,
ya perdió la cuenta de lo que pasó.
Una vidriera enfrente,
casi conocida.

Una silla vacía,
un almohadón incómodo,
el pasado hecho retrato;
un buen trato a modo de final.

Ella mira a la distancia,
entre lo gris del día y la claridad del alma.
Reconoce algo triste y familiar.
Piensa cruzar y no cede.
Ya no la tienta ni siquiera espiar.

No hay nada nuevo hoy?
las mismas rayas y cuadros,
los finales que ya leyó,
los libretos que ya estudió,
existencia cíclica mareada entre los miedos.

Se detiene un momento y gira la vista.
La silla? sin contenido.
El Almohadón: sin hacer sentir cómodo a nadie.
El mismo retrato de siempre
con la misma luz que sigue sin dejar ver.

es tan clara la sensación de lo que no ha sido,
y tan baja la propensión a ceder.
La curiosidad muere en medio de la calle,
anclando tus tacos debajo de tus pies.

Enfrente la otra vereda,
igual que antes
igual que ayer.

domingo, 12 de junio de 2011

Serena.


"Veamos que pasa...

-Algo te pasa?
-Pasa, que no pasa.
En fin: Adiós."

Serena tenía mas de 3 décadas.
Hace ya muchas décadas atrás.
Y países atrás.
Y muertes por delante.
Tenía un amor.
Un vicio.
Y un sueño.

Tres cosas con una en común: eran imposibles de abandonar.
En sus labios el sabor del tabaco,
en el alma el vacío de no tener demasiado.
En la mente, el sueño de lo que quería ser.

Serena siguió viviendo y evitando la muerte.
Su suerte no había cambiado, pero algo en su vida sí.
4 veces el grito del amor gimió entre sus pasiones.
4 veces escribió: *acaricias mis entrañas mientras creces y te expandes*
La expansión tironeando la vida desde adentro.
Afuera lo incierto plasmado entre los balcones de Andalucía.
Era una suerte de Dama y Señor.
La vida la acostumbró a hacer el amor pensando a quien no tenía.
La vida la encerró en el libreto de las sonrisas que esconden el mal de amor.
Entre las persianas de enfrente, alguien se desnuda ignorante.
Alguien la seduce impotente de saberse observado.
La miel entre las rendijas,
la vista agudizándose entre la luz que dibuja una silueta sin rostro,
un velador tras sus espaldas como único testigo.
El amor inerte, puesto de pie, le desgarra el vestido
le descalza los pies,
le desata el pelo,
le cubre los ojos,
le sujeta las manos y le suspira al oído,
debajo de la curva suave de su cuello:
Qué pasa mujer, contigo?
Cuántos años y sueños pasarán entre tus respiros?
Serena entumecida, se contornea en espejo ante aquella sombra.
Espejos del deseo tras una calle Andaluza curvada de adoquines.
El aroma a jazmines que transpiran en la ventana,
ahora la luz apagada y dos almas sintiendo amor.

lunes, 6 de junio de 2011

Lunes


Llovizna.
Florida-Castelar
En tu casa no hay naranjas.
Necesitás naranjas.
LLueve y cuando llueve no dan ganas de mojarse por unas naranjas.
Todo el día tenés sed de naranjas.
Sí, de esas que precisamente no compraste.

Hablás por teléfono y un morocho llama a la puerta.
Ajá.
mmm.
Prometés llamar mas tarde y abrís la puerta.

-No para de decirte *señora* y vos de adivinar cuan chiquito puede ser.

Los pibes chiquitos últimamente parecen señores grandes y las que somos apenas divinas de 30 tenemos que escuchar que nos digan *señora*.

Ok.Hoy no es mi mejor día, pero pará de decirme *señora* porque te dejo en el patio, del lado de afuera, con el cable en la mano hasta que te electrocutes abajo de la lluvia.
Deja de decirte señora y cambia toda la instalación que arrancó de tus labios los mas puros y notables elogios para Speedy 3 veces al día en el último año.
Se vá sin antes darte prolijitamente los residuos de cables viejos para que los tires en la bolsita que ya tenías a mano antes de que te dijera que tenía que tirar.
Limpiás mentalmente las pisadas de borcego de hombre laburante-técnico pequeño que parece grande- que dejaron regados trocitos de barro por tu habitación.
Te hace firmar la hojita mientras prueba la conexion visitando deremate.com, clarinonline y una página de deportes en la que se lee los comentarios de Tevez mientras se hace el que prueba cuan rápido navega mi pc gracias a sus servicios.
Se fue, te dice chau amablemente y limpiás el barro.
Desde el Viernes tengo una pulserita que me enganchó mi tío preferido en la mano derecha que se supone es power*balance.
Te sentís tan ágil como Moria Casán.
Pensás en revolear la pulserita, pero querés mucho al tío.
Hoy te cocinás y comés una milanesa de pollo con repollo.
*Sos una poeta: debe rimar hasta la dieta*
Navegás solo porque ahora es rápido.
Navegás sin agua, así en seco.
Ultimamente te acostumbrás a decir y hacer cosas sin sentido.
Ayer tejiste una bufanda pequeña, para un niño bonito que vive lejos y tiene ojitos de miel y orejitas de ratón.
Amás sus orejitas de ratón.
Dormiste en el futón al lado del piano y te despertaste con dolor de cintura.
Ultimamente te duelen muchas cosas pero al menos podés nombrarlas.
Pensás en tus últimos dolores del año pasado y estás de acuerdo en haber cambiado aquellos por estos de hoy en día.
Tenés un color de esmalte que no te convence.
Mañana lo vas a cambiar.
Pelusa, rompió otra maceta más de terracota que trajeron del interior.
Van como siete y sabés que Betty se va a enojar.
Pelusa además hizo pis.
Pelusa está afuera desde que hoy llegaste.
Te la pasaste haciendo esas cosas que hacés últimamente los lunes.
Los lunes están mejorando levemente en relación a los Lunes de años A.
De todos modos todavía no te arrancan sonidos de éxtasis al mejor estilo Meg Ryan.
Digamos que los Lunes últimamente zafan.
Te preocupan tus finanzas y dejás de escribir.
I. te dice lo que sale venir a Bs As.
Mandás al diablo mentalmente a N y pensás que mejor no venga, al menos hoy.
Escribís esto y te dás cuenta que esa inicial te hace mandar al diablo siempre a algo por algún motivo.
Mandás tu propia N al diablo y empezás a pensar en cambiarte el nombre o el sexo, lo que te garantice vivir mas tranquila lo antes posible.
Ayer cenaste sopa.
Ultimamente se te fue el apetito, lo cual es una buena noticia.
La balanza respira.
Pensás que no vas a escribir el final de la novela que pensabas.
No podés imaginar el final.
Hace 3 años que no tenés el final.
Pensás que podés prestarle el final que te ensayaste los útimos 3 años y te das cuenta de que no es mala idea.
Te sonreís de coté imaginando los detalles.
Pero mejor no.

Tomaste dos termos de mate en el día.
Falta leer lo de la clase de mañana.
Estás pensando seriamente en dedicarte a otra cosa que te garantice plata de una buena vez.
Te das cuenta de que el talento es grande, pero la limosna también.
Pero eso es otro Post.

Lunes gris,
pc renovada.
Una maceta menos y una entrada de más.