viernes, 27 de mayo de 2011

Abandono


4 sillas y una luz encendida.
Ellas, con sus caras de perdón, anuncian el final.
Mis gestos se entumecen,
Charli la lectora del cuerpo que sabe cuanto digo.
Yo, leyendo el silencio de Charli sin siquiera espiarla por el rabillo.
*Los árboles mueren de pié*
Morir de pié
morir de pié
morir de pié.

Transcurre el tiempo, entre los dichos que habríamos de decir como cada vez.
Pasan las islas, el color, el sabor de cada encuentro.

No puedo dejar de pensar en morir de pié.

Termina la noche y nos internamos entre las luces de Av. Córdoba,
dos respirando el frío del Otoño.
La ciudad se torna hermosa en la noche y entre el viento.
Las vidrieras frenan las miradas.
Ya no miramos lo de antes,
ahora es ropa de mujer,
tacos,
carteras,
polleras.
Festín para la vista que intenta elegir entre los rombos de las persianas cerradas.
Luces fuertes,
colores primarios.
Sabores de niños.
Frente a frente,
comemos las hamburguesas y nos decimos verdades.
No sentimos abandono,
sentimos alivio.
La esperanza tozuda como nuestras mentes jóvenes y ávidas de conquistas.
Creamos futuro, entre un big mac a medio comer.
Y la noche se hace profunda,
Córdoba nos vé pasar.
Es tan tarde pero es tan temprano,
queda tanto por hacer.
No hay abandono,
hay despedida.
Morir de pié,
solo por un rato
para mañana volver a empezar.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Morir de pie, la consigna de la noche para dos. Y subimos por la avenida, las luces que brillan, la gente que pasa, que nos atraviesa como si fueramos fantasmas risueños por momentos, silenciosos en otros, aguerridos siempre. Y morimos paradas frente a otros,
los otros, que no escuchan el sonido del derrumbe
la ligera brisa del desencanto
el imperceptible y efimero estremecimiento de nuestros cuerpos
De pie, frente a los otros, casi, como si no los vieramos irse
Charli

Butterfly dijo...

Si no tenemos futuro vos y yo, el futuro no existe.
Cheers amiga.