jueves, 13 de octubre de 2011

Un segundo


Y de repente la ira escala tu cuello
como una araña atroz sin escalas...
dos palabras que podrían convertirme en un asesino
de cobardes anónimos,
pobres,
oscuros,
perdidos
entre una sombra sin nombre.

Y de repente respiro,
dejando todo tal y como está.
No hay huella de tu sombra, porque no existes.
Inmóvil,
muerto.

Tus palabras apenas me rozan,
Tu voz anónima
cobarde
se desliza por mi cuello
y simplemente cae
haciéndose añicos debajo de mis pies.

Todos somos valientes
detrás del anonimato,
me causás risa
payaso don nadie.

4 comentarios:

Maru dijo...

No entiendo a la gente que se "esconde" tras el anonimato.
Se sentiran protegidos?
O es así como tal vez se atreven a decir algo que no dirían dando la cara?
Estimado Anonimo, deja de lado la vergüenza y la cobardía. Atrevete.

Butterfly dijo...

Es tan cierto...no soy simpatizante de la censura, pero no creo en respetar mi libertad y la de otros, soportando comentarios, que de última, se pueden evitar no regresando nunca mas a mi sitio.
Por eso lo suprimi. Cuando algo que leo no me gusta, no agredo, simplemente no regreso.
Si Picasso hubiera hecho caso a su profesora de arte, hoy no existiria Guernica.
Me sobran palabras y me faltan renglones para todo lo que todavía tengo por escribir.
Sólo me quedé pensando en pobre este tipo de gente cuando tenga que levantar la cosecha de su siembra.
Sin ironías, lamento el campo ajeno cuando llegue la hora.

Pero bueno, ya lo dijo otro anónimo: tanto odio, hace mal.

Anónimo dijo...

"Payaso anónimo"; sutil, pero lo suficientemente rústico como para dejar en K.O. a cualquiera. En fin, que se curta.
Sabrá hacer alguna cabriola este payaso? hubiese dejado el teléfono para consultarlo por contrataciones,
JA!
Mauro, tu amigo con nombre y apellido :p

Butterfly dijo...

Gracias amigo...nunca me gustaron los payasos...no me daban miedo, me daban pena. Y 25 años después, me pasa igual...
Tu amiga, la de los dos nombres de novela centroamericana.