martes, 25 de octubre de 2011

Mal pensado


Y yo que creí dejarte atrás
con tu mano izquierda saludándome a lo lejos,
con mi mano izquierda besándome los labios
para librarlos al viento como si fueran a alcanzarte.
Y yo que te creí muerto
debajo de mis muertos
que fueron restos de tu muerte.
Y yo que creí
y descreí de lo que ha sido.
Y yo que pensé tantas cosas
entre mil teorías
absurdas
impotentes
escasas
sin sentido.
Y yo que tiré al recuerdo los rastros materiales
mientras tenía el alma grabada bajo el fuego.
Fuego sagrado
que me ha consumido despacio
hasta dejarme temblando de frío
frente a mis cenizas.

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