miércoles, 27 de abril de 2011

97


(venerando el estilo Lorrie Moore)

-Dí: está todo bajo control.
Mientras se te retuercen las tripas por ver el declive de lo inminente.

Luego cierra los ojos mientras el rimel se desarma como partículas lacerantes de córneas, dejando entrever entre tus ojos que no eres la misma de la tarde anterior en la que saliste recién maquillada bajo el sol apreciado de Otoño.

No te preguntes si todo tiempo pasado fue mejor, porque no sabes que es lo mejor todavía.
Todo tiempo pasado, fue pasado.Eso es lo mejor que tiene el pasado.
Existe un número de colectivo que por dos pesos te da la vuelta al mundo en una sola hora.
Cientos de paisajes por dos monedas de peso.
Y mientras el sol te pega detrás del vidrio con la manijita rota que no habilita a que lo corras y entre al menos una ínfima brisa refrigerante, corrés el brazo que choca con el morocho de turno que te tocó por compañero, que se hace el lindo sin lograrlo ni en dos mil años bisiestos, porque temés que piense que se lo ponés cerca adrede.
-Ni muerta mil veces, concluyes.
De pronto el libro que te aumenta la miopía y la recompensa con creces de placer, se desvanece para ver detrás del vidrio caballos.
Uno, dos, cinco.
Mucho mas de cinco.
Hermosos.Otros deplorablemente chiruzos.
El caballo es un animal que siempre creí que existe para ser bello y elegante.
Cuando lo reducen a un tirador de carros cargados de cartón, siento pena del caballo.
Mas del caballo que de la propia gente en sí.
Los veo sin libertad de correr, amarrados a tirar basura y desarmar sus patas entre el calor del cemento sin podes escaparse de su destino.
Podrían estar en la portada de una revista de Polo, o abajo de Robert Redford en un film en medio de las montañas, pero están muriendo en una historia, mal contada y fuera de contexto.
Y los caballos chiruzos, con el pelo quemado por el sol, y los lomos cortados por las tiras de cuero, me hacen mal.
De todos modos había muchos, otros lindos que me distrajeron de lo mal que se veían estos pobres.
Pasaban los lugares con gente rara.
Yo fantaseaba con que asaltaban el colectivo, y yo quedaba descuartizada en la zanja con mi pelo impecable y mi cuerpo chorreando sangre.
El libro que me prestó Charli manchado por mi muerte, sin poder cumplir la promesa de cuidarlo para la próxima amiga que se deleitara con Lorrie Moore.
Pasa, luego de mi muerte mental al mejor estilo Crónica, un cartel que decía : *Aldo Bonzi*.
Nunca pensé que yendo a mi casa podría llegar a pasar por Aldo Bonzi.
Quién será Aldo Bonzi? quién fué? ya fué?
Me viene la imagen de un gordo sudado al mejor estilo Moyano, tocando el bombo y con cara de : *que nos regalen una vivienda*.
Me lo imagino comiendo ese pancho de los trenes con esas papitas pai mezcladas con la mostaza o símil, que creo que se cortó con el sol de algún mediodía del mes pasado.
Siento culpa.
Googleo: Aldo Bonzi
Un doctor italiano que donó las tierras que llevan su nombre.
De todos modos, me suena a lo que me suena.Con todo el respeto del Doctor fallecido.
Y pasan los paisajes raros.
Pienso que si viene Nacho a Bs As lo tendría que subir al 97 luego del city tour obligado porteño, y luego del recorrido decirle: Bienvenido al tercer mundo! ahora si podés decir que conocés algo de Bs As, querido!
Y no de mala.
Pero había muchos escolares que se colaron mientras los dos primeros de la fila esperamos cual mamertos por media hora.
Y yo tenía miedo de que me contagien piojos.
Tuve mas miedo de los piojos que de morir, mancharle el libro a Charli, y aparecer en Crónica.
Tengo terror de los piojos.
Los detesto.
Y me parece que todos los niños del mundo tienen piojos, no importa su origen.
Y escribo esto y me pica la cabeza, aunque es imposible porque evité a los niños como si en vez de piojos tuvieran rabia.
Además en medio del viaje, tuve que acosar a una empleada de una Consultora para la que trabajo, porque renunció por mensaje de texto.
Y en la charla por decir: Counselor y Session en menos de tres frases, una señora gorda de guardapolvos que se coló en la fila con todos sus críos, también de guardapolvos, me empezó a mirar como raro.
Y después pasamos todas estas cosas raras y llegué a Castelar.
Y bajé y era lindo el otoño, las casas y las hojas crujiendo entre sus bellos colores.
Intenté usar el crédito de bonus para navegar mientras llegaba a casa, y me gasté todo el crédito de bonus y ni leí siquiera la palabra Hotmail.
Malditos estafadores capitalistas.
Cuando crucé la puerta me entré a sacar la ropa rabiosamente, como cuando llego medio de vestir y con calor.
Prendo la pc y mando el mail a la que renunció por mensaje de texto.
Y releo el mail, impecablemente profesional, y me pregunto por qué Charli y yo no matamos con los honorarios siendo tan buenas en lo nuestro.
Y me doy bronca.
Charli está online.
Nos reímos inventando nuevos servicios profesionales para ofrecer.
Y me la imagino del otro lado, riéndose con esa risa contagiosa, con sus *hoyuelos librianos y la adultez en los huesos* según citan sus prosas y me río con mas ganas de las pavadas compartidas.
Y sigo pispeando a Lorrie Moore.
Y se viene el sol de Otoño,
los caballos chiruzos,
los piojos,
Aldo Bonzi,
mi taza de cereal vacía a modo de almuerzo.
Y disfruto de ser trillada y cursi en mis lapsus de intelectualidad.
Y no hay nada mas saludable, que revolear la ropa de vestir, caminar en medias rayadas y comer cereal con chocolate a modo de almuerzo, dandote cuenta que todos somos de todo un poco y nadie me convencerá de lo contrario.
-Dí: soy trillada y cursi.
Haz una lista como la del cuento de Moore:

*Revisar Gmail todos los días.
*Revisar agenda.
*Recordar que no todo tiempo pasado fue mejor.
*Que lo mejor que tiene el pasado, es que es pasado.
*Celebrar el 97 que por dos mangos te ahorra el tren y los dos colectivos de antes.
*Subrayar en la próxima preselección que no se renuncia por mensaje de texto, con cara de *esto va muy en serio*.
*Conseguir monedas: el 97 tiene la máquina de la *sube* sin habilitar.

3 comentarios:

Anónimo dijo...

Espléndido , gracioso. Por momentos tan Lorrie! Besos . (también hice mi lista. Aunque soy la protagonista de LLenar, que no se llena nunca, ahhhh)
Charli desde la rutina tan porteña.

Maru dijo...

jaja Me imagine cada detalle, y hasta el reflejo de tu cara en el vidrio del cole!
Acordate que cuando estes por explotar te espera la Patagonia, y su silencio.
Te quiero mucho amiga!

Butterfly dijo...

Mi artista adorada: este año se me están cumpliendo los encuentros.El tuyo no será excepción! te quiero!