Hay un latido muerto
temblando despacio en mis oídos,
sellados por un silencio sagrado
que me dice: no temas.
Y hay en el silencio sagrado
una puerta,
minúscula e imperceptible
por donde ingreso susurrando
que no habré de molestarlo.
Y me quedo en una esquina
soy un pequeño nido
cubierto en otoño
necesitando su ausencia para descansar mi llanto.
Un huésped vibrando a oscuras,
con el corazón a prisa
la garganta en llamas
y los ojos espantados de belleza.
2 comentarios:
Say no more.
no more. amen
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